Siempre he pensado que para la clase política se
debería tipificar en nuestro Código Penal el razonamiento ilógico o irracional,
es decir, a un político se le podría permitir (es un decir) defender ideas equivocadas,
lo que no se le podría permitir nunca es ser irracional o ilógico en el uso de
sus propios argumentos.
Pues bien, el emergente líder de Podemos o nos engaña,
o su forma de razonar no cumple los mínimos criterios racionales. Así en
reciente rueda de prensa Pablo Iglesias ha valorado los resultados de las
últimas elecciones dejando claras dos ideas:
1- Las elecciones las han ganado las
izquierdas.
2- Si el PSOE quiere pactar con Podemos será
necesario que realicen un giro en sus ideas de 180º.
Entendemos que Pablo Iglesias considera que ni el
Partido Popular ni Ciudadanos son partidos de izquierda, y entendemos que
considera que Podemos está a la izquierda política de cualquier otra izquierda.
Con estas premisas sólo cabe razonar de dos formas:
1-
Si exige
al PSOE un giro de 180º es que está considerando es que el Partido Socialista
Obrero Español no es de izquierda, y por tanto su conclusión en el sentido que
las últimas elecciones las han ganado las izquierdas no es correcta.
2-
Si
el Partido Socialista Español ya es de izquierdas, y por tanto es cierto que las
elecciones las han ganado los llamados progresistas, ¿nos quiere contar que
giro pide al PSOE?
No obstante su falta de moral y su falta de la más
elemental ética democrática es aún más
grave que su inconsistente forma de razonar, pues si el señor Pablo Iglesias es
lo que dice ser, un auténtico demócrata, considerará que ante todo se ha de
defender la voluntad popular manifestada en las urnas. Pues bien, esta voluntad
popular ha votado lo que ha votado (aunque no exista ciencia capaz de explicar
dicha voluntad popular), y está claro que cada ciudadano ha emitido su voto
pensando en el programa político que presentaba cada candidato; ¿si ahora Pablo
Iglesias pide al PSOE un cambio de 180º en su forma de hacer política, no está
pidiendo a Pedro Sánchez que traicione a sus electores y los motivos por los
que votaron a su formación política?
Es decir, para Pablo Iglesias son indiferentes los
programas políticos, y es indiferente el depósito de confianza con que el
elector ha depositado su papeleta en el colegio electoral, lo importante no es
cumplir la voluntad del pueblo, sino satisfacer los caprichos de poder del
político de turno.
La verdad que esta actitud de Pablo Iglesias no nos
puede sorprender pues lógico es que al líder que en unos meses ha pasado de
defender los regímenes bolivarianos y castrista a defender las más adecentadas
socialdemocracias europeas, se le conceda el privilegio de pedir a los demás
que sean capaces de cambiar con igual celeridad los principios no ya de sus
partidos, sino incluso de sus electores.
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